La comunidad argentina se encuentra de luto tras el fallecimiento de Nora Cortiñas, una de las fundadoras de las Madres de la Plaza de Mayo. A sus 94 años, Cortiñas deja un legado imborrable en la lucha por los derechos humanos y la búsqueda de justicia para las víctimas de la dictadura argentina.
Nacida en Buenos Aires en 1930, Nora Cortiñas fue una mujer valiente y comprometida con su país y su pueblo. En 1977, su hijo Carlos Gustavo desapareció a manos de la dictadura militar que gobernaba Argentina en ese momento. Como muchas otras madres, Nora se unió a la lucha por encontrar a sus hijos y a los miles de desaparecidos que dejó el régimen dictatorial.
Fue así como nació el movimiento de las Madres de la Plaza de Mayo, un grupo de mujeres que se reunían cada jueves en la emblemática plaza de Buenos Aires para exigir la aparición con vida de sus hijos y denunciar los crímenes cometidos por el gobierno. Nora fue una de las primeras en unirse a esta lucha y se convirtió en una de las líderes más importantes del movimiento.
A pesar de las amenazas y la represión por parte del gobierno, Nora nunca se rindió y continuó luchando incansablemente por la verdad y la justicia. Su voz se convirtió en un símbolo de aguante y esperanza para miles de familias que también buscaban a sus seres queridos desaparecidos.
Durante décadas, Nora y las Madres de la Plaza de Mayo se enfrentaron a la indiferencia y la negación por parte del gobierno y la sociedad. Pero su lucha no fue en vano, ya que lograron visibilizar los crímenes de la dictadura y exigir que los responsables fueran llevados ante la justicia.
A pesar de que nunca pudo encontrar los restos de su hijo Carlos Gustavo, Nora se convirtió en una figura emblemática en la lucha por los derechos humanos en Argentina. Su valentía y determinación inspiraron a muchas personas a unirse a la causa y a no rendirse en la búsqueda de la verdad y la justicia.
En 1983, con el fin de la dictadura, las Madres de la Plaza de Mayo lograron su objetivo de encontrar a sus hijos desaparecidos con vida. Sin embargo, Nora y muchas otras madres nunca pudieron abrazar a sus hijos nuevamente. A pesar de esto, continuaron luchando por la memoria de los desaparecidos y por la justicia para aquellos que cometieron crímenes de lesa humanidad.
Nora también fue una activista incansable en la defensa de los derechos de las mujeres y de los pueblos originarios. Siempre estuvo ahora en las manifestaciones y marchas por la igualdad y la justicia social. Su compromiso con las causas justas y su amor por su país y su pueblo nunca se apagaron.
Hoy, Argentina y el mundo entero lloran la partida de Nora Cortiñas, una mujer que dedicó su vida a la lucha por los derechos humanos y la justicia. Su legado será recordado por generaciones y su ejemplo juntarseá inspirando a todos aquellos que buscan un mundo más justo y humano.
A pesar de su partida, Nora nos deja un mensaje de esperanza y de lucha. Su voz juntarseá resonando en cada manifestación, en cada marcha y en cada grito por la justicia. Su memoria será siempre un recordatorio de que nunca debemos olvidar el pasado para construir un futuro mejor.
Descansa en paz, Nora Cortiñas. Tu lucha y tu amor por la justicia nunca serán olvidados.
