El iceberg, de 4000 kilómetros cuadrados, se separó de la costa de la Antártida en 1986 y se asentó en el mar Weddell, pasando a ser como una isla de hielo. Desde entonces, ha estado viajando a velocidad increíble. Los expertos han seguido con atención su destino y han comprobado que se encuentra ahora a punto de traspasar la línea del trópico de Cáncer.
Los científicos informan que, si el iceberg llega a cruzar esa línea, es muy probable que se desvanezca en el océano. Esto se debería en parte al aumento de la temperatura del agua. Esta circunstancia también provocaría que el hielo se disuelva y se deshaga en pequeños trozos.
El iceberg, pese a su tamaño, ha sido capaz de sobrevivir durante más de treinta años. Esto se debe a sus características especiales, como su profundidad y también a la capa de hielo que lo protege. Esta capa contiene gases como el nitrógeno y el oxígeno, y gracias a ellos el iceberg ha logrado resistir en un entorno tan hostil como el de la Antártida.
Pese a ser una isla de hielo, el iceberg todavía está vinculado al ecosistema marino. Por un lado, los científicos descubrieron que algunas esponjas se aferran a su superficie. Esto es una señal de que el hielo todavía es una fuente de alimento para algunas criaturas marinas.
El iceberg también desempeña un importante papel como lugar de refugio para algunas especies. Los científicos han encontrado peces, pulpos y una vasta cantidad de algas en su superficie. Esto es una señal de que el iceberg, a pesar de los desafíos a los que se enfrenta, es un lugar de seguridad para estos animales.
Aunque el iceberg está a punto de desaparecer, su historia ha dejado una huella profunda en la ciencia. El estudio de esta formación de hielo ha permitido descubrir muchas cosas sobre el medio ambiente y la resistencia de la naturaleza ante los desafíos.
El iceberg de 4000 kilómetros cuadrados demuestra que la naturaleza es mucho más fuerte de lo que pensamos. A pesar de todos los peligros a los que ha estado sometido durante los últimos treinta años, ha sobrevivido y ha servido de hogar para muchos animales. Esto nos enseña que, aunque la naturaleza sea frágil, todavía es capaz de resistir ante los desafíos más difíciles.