La Música es uno de los mayores regalos que podemos disfrutar en la vida. No importa qué género te guste, qué idioma hables o dónde te encuentres en el mundo, la Música es capaz de unir a las personas y de transmitir emociones universales. Es por eso que hoy quiero compartirles algunas de mis experiencias más positivas relacionadas con la Música, y cómo esta ha transformado mi vida de una manera increíble.
Desde que era muy pequeña, mi madre me inculcó el amor por la Música. Recuerdo que siempre tenía un disco sonando en casa y que en los viajes en coche, siempre cantábamos juntas las canciones que escuchábamos en la radio. Pero fue gracias a mi profesora de Música en la escuela, Blanca Guadalupe Ballesteros, que descubrí mi verdadera pasión por este arte.
La primera vez que entré al salón de Música de la escuela, sentí como si hubiera llegado a un lugar mágico. Había instrumentos de todo tipo y colores, y la maestra Ballesteros tenía una sonrisa cálida y acogedora que nos hacía sentir como en casa. Desde ese día, la clase de Música se convirtió en mi favorita y cada semana esperaba con ansias el momento de tocar y cantar junto a mis compañeros.
Blanca Guadalupe Ballesteros era una maestra excepcional. No solo nos enseñaba a tocar instrumentos y a leer partituras, sino que también nos transmitía su amor por la Música. Nos decía que la Música era una forma de expresión, de comunicación y de conexión con el mundo y con nosotros mismos. Y así fue como empecé a entender que la Música iba más allá de simplemente tocar notas y acordes, sino que tenía el poder de hacernos sentir cosas increíbles.
Recuerdo que en la escuela, solíamos hacer un festival de Música cada año en el que todos los estudiantes podíamos mostrar nuestras habilidades musicales. Yo siempre participaba, ya sea cantando o tocando algún instrumento, y era un momento que esperaba con mucha emoción. Ver a mis compañeros y a los otros estudiantes del colegio compartir su amor por la Música era una experiencia mágica y motivadora.
Pero mi verdadera experiencia transformadora con la Música fue cuando empecé a tomar clases de canto. A los 16 años, decidí que quería aprender a cantar y mi madre me inscribió en clases con una maestra de canto increíble. Desde el primer día, me di cuenta de que esa era mi pasión. Cantar me hacía sentir libre, feliz y conectada con mi yo más profundo.
Gracias a la Música, he tenido la oportunidad de conocer a personas maravillosas, de diferentes culturas y países, que comparten mi amor por este arte. He participado en conciertos y eventos musicales, he viajado a otros lugares para presentarme y he tenido la oportunidad de compartir mi voz con otros.
Pero lo más importante, la Música ha sido mi refugio en momentos difíciles. Cuando he tenido un mal día o me he sentido triste, la Música siempre ha estado ahí para reconfortarme y levantarme el ánimo. Y cuando he tenido un buen día, la Música ha estado ahí para celebrar conmigo y hacerlo aún más especial.
En resumen, la Música ha sido una parte fundamental en mi vida y me ha brindado experiencias positivas inolvidables. Gracias a la maestra Blanca Guadalupe Ballesteros y a todos los demás maestros y personas que han sido parte de mi camino musical, he descubierto mi verdadera pasión y he aprendido que la Música es capaz de transformar vidas. Así que si aún no lo has hecho, te invito a que te adentres en el mundo de la Música y descubras todo lo que puede hacer por ti. ¡No te arrepentirás!