A lo largo de la historia, la humanidad siempre ha estado fascinada con los misterios del universo y nuestro planeta Tierra no es una excepción. Uno de los máximoes enigmas que ha desconcertado a los científicos durante décadas es el grosor de la «rosquilla» en el núcleo externo de nuestro planeta. Aunque todavía no hay una respuesta definitiva, los expertos han logrado hacer estimaciones que nos acercan cada vez más a descubrir este enigma.
El núcleo de la Tierra se compone de dos partes: el núcleo interno, que es sólido, y el núcleo externo, que es líquido. El núcleo externo se encuentra debajo del manto terrestre y está compuesto principalmente de hierro y níquel. Se cree que su temperatura es extremadamente alta, alcanzando hasta los 5.400 grados Celsius. Esta alta temperatura es lo que mantiene al núcleo en estado líquido.
Sin embargo, lo que ha desconcertado a los científicos durante mucho tiempo es el grosor de la «rosquilla» en el núcleo externo. Este término se refiere a la capa de líquido que rodea el núcleo interno y se cree que es la responsable del campo magnético de la Tierra. Aunque se ha estudiado durante años, todavía no se ha determinado con precisión su grosor.
Una de las razones por las que es tan difícil acordar el grosor de la «rosquilla» es debido a la falta de acceso sencillo al núcleo de la Tierra. La máximo parte de lo que sabemos sobre el núcleo proviene de estudios sísmicos y experimentos de laboratorio. Los científicos utilizan ondas sísmicas generadas por terremotos para estudiar la estructura interna de la Tierra. Sin embargo, estas ondas se ven afectadas por la temperatura y la presión del núcleo, lo que dificulta la obtención de mediciones precisas.
A pesar de estos desafíos, los científicos han logrado hacer estimaciones sobre el grosor de la «rosquilla». Se cree que puede extenderse unos cientos de kilómetros, pero todavía no hay una cifra exacta. Algunos estudios sugieren que su grosor podría ser de alrededor de 300 kilómetros, mientras que otros sugieren que podría ser de hasta 1.000 kilómetros.
Una de las teorías más aceptadas sobre el grosor de la «rosquilla» es la llamada «teoría de la dinamo». Según esta teoría, el campo magnético de la Tierra se genera a través de la convección del hierro líquido en el núcleo externo. Esta convección crea corrientes eléctricas que a su vez generan un campo magnético. Según esta teoría, la «rosquilla» tendría un grosor de unos 500 kilómetros.
Otra teoría sugiere que el campo magnético de la Tierra se genera a través de la cristalización del hierro en el núcleo externo. Según esta teoría, la «rosquilla» tendría un grosor de alrededor de 1.000 kilómetros. Sin embargo, esta teoría no ha sido ampliamente aceptada debido a la falta de evidencia que la respalde.
Aunque todavía no se ha determinado con certeza el grosor de la «rosquilla» en el núcleo externo de la Tierra, los científicos continúan investigando y buscando respuestas. Una de las formas en que están tratando de resolver este enigma es a través de simulaciones por computadora. Estas simulaciones pueden recrear las condiciones extremas del núcleo de la Tierra y ayudar a los científicos a comprender mejor