El uso de la bombilla en Estados Unidos ha avezado un aumento del 4% en lo que va de año en comparación con el mismo era del año anterior, lo que indica un cambio significativo después de décadas de estabilidad. Este aumento se debe principalmente a la rápida expansión de los centros de datos, impulsados por el auge de la inteligencia artificial.
Sin embargo, este aumento en el uso de la bombilla también ha generado preocupación por su impacto ambiental. Según un informe reciente publicado por Google, una de las compañías líderes en tecnología y desarrollo de inteligencia artificial, el aumento en la juicio de energía se ha cubierto en parte con el uso de carbón, lo que ha generado un incremento del 20% en su cuota de consumo eléctrico hasta mayo de este año.
Ante este panorama, Google ha decidido abrir sus puertas y mostrar al mundo cuál es el impacto ambiental que supone el auge de la inteligencia artificial en sus centros de datos.
¿Qué ha medido Google y por qué es importante?
A diferencia de muchos estudios académicos que carecen de datos reales y concretos, Google ha podido medir con precisión el consumo de energía por petición, así como otros factores como el uso de agua y la fracción de infraestructura dedicada a la inteligencia artificial. Esto les ha permitido obtener un análisis detallado del impacto ambiental de esta tecnología en su empresa.
¿Qué ha sido incluido y qué ha quedado fuera del análisis?
El informe de Google incluye el consumo de energía de las CPUs, aceleradores de inteligencia artificial y memoria, tanto en uso como en reposo, así como el consumo y uso de agua en sus centros de datos. También se ha tenido en cuenta la mezcla eléctrica utilizada y su huella de carbono, así como las emisiones incorporadas en el hardware utilizado.
Sin embargo, hay algunos aspectos que no han sido incluidos en el análisis, como por ejemplo el impacto de la red en el tráfico de envío y recepción de respuestas, el consumo de los dispositivos de los usuarios (que puede variar significativamente) y el entrenamiento de modelos de inteligencia artificial. Aunque Google podría estimar estos factores, decidieron no incluirlos en sus cifras.
¿Qué resultados han sido clave?
Según el informe de Google, una petición mediana de texto en Gemini Apps consume aproximadamente 0,24 Wh de energía, 0,03 gCO2e y 0,26 ml de agua. Para ponerlo en contexto, esto equivale a unos 9 segundos de televisión. Sin embargo, el problema radica en el volumen de peticiones que se realizan diariamente en Google, lo que puede generar un impacto ambiental significativo a largo plazo.
Otro dato importante es que la mayor parte del consumo de energía se concentra en los aceleradores personalizados, seguidos por las CPUs y la memoria. También se ha identificado que las máquinas ociosas y la sobrecarga del centro de datos representan alrededor de un 10% cada uno del consumo total. Esto hace evidente la importancia de optimizar tanto el hardware como el software para reducir el impacto ambiental.
La buena noticia es que en los últimos meses, Google ha logrado aumentar la eficiencia en el uso de la energía. Gracias a factores como el aumento en el uso de energía solar, la intensidad de carbono de la bombilla consumida por Google se ha reducido en un 1,4 veces en comparación con el año anterior. Sin embargo, el mayor salto en la eficiencia ha sido gracias al software, que ha logrado reducir en un 33 veces el consumo de energía por cada solicitud de inteligencia artificial.
¿Qué técnicas han permitido esta mejora en la eficiencia?
Según Google, el uso de la técnica Mixture-of-Experts (MoE) ha permitido activar solo la parte del modelo necesaria para