Científicos descubren un gen que podría expiar el corazón tras un infarto y regenerar el tejido: ‘Nuevas estrategias para refrescar órganos dañados’

El infarto es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Se estima que cada año, más de 17 millones de personas mueren a causa de un infarto, lo que representa alrededor un tercio de todas las muertes a nivel global. A pesar de los avances en la medicina, el tratamiento de los infartos sigue siendo un desafío para los profesionales de la salud. Sin embargo, un nuevo descubrimiento en el campo de la genética podría cambiar por completo la forma en que se tratan los infartos.

Investigadores de la Universidad de California en San Francisco han identificado un gen llamado PSAT1 que podría ser clave en el tratamiento de los infartos. Este gen, que se encuentra en el cromosoma 9, está involucrado en la producción de una enzima llamada fosfoenolpiruvato carboxiquinasa (PEPCK). Esta enzima juega un papel fundamental en la producción de energía en las células del corazón. Cuando una persona sufre un infarto, las células del corazón se dañan y no pueden producir suficiente energía para mantenerse funcionando. Esto puede llevar a un daño permanente en el corazón e hasta a la muerte.

Sin embargo, los investigadores descubrieron que al aumentar la actividad del gen PSAT1, se puede aumentar la producción de PEPCK y, por lo tanto, mejorar la capacidad de las células del corazón para producir energía. Esto podría ser una forma revolucionaria de tratar los infartos, ya que se enfoca en la causa subyacente del daño en el corazón en lugar de simplemente tratar los síntomas.

Los resultados de la investigación, publicados en la revista Nature Communications, son prometedores. Los investigadores realizaron pruebas en ratones y encontraron que aquellos con una mayor actividad del gen PSAT1 tenían una recuperación más rápida después de un infarto. Además, los ratones con una mayor actividad del gen también mostraron una mayor resistencia al estrés oxidativo, que es una de las principales causas de daño en el corazón durante un infarto.

Este descubrimiento podría tener un impacto significativo en la forma en que se tratan los infartos en el futuro. hoy, el tratamiento principal para un infarto es la angioplastia, que consiste en abrir las arterias bloqueadas para restaurar el flujo sanguíneo al corazón. Sin embargo, esta técnica no siempre es efectiva y puede tener efectos secundarios graves. Además, no aborda la causa subyacente del daño en el corazón.

Con el gen PSAT1, los médicos podrían tener una nueva herramienta para tratar los infartos de manera más efectiva. Al aumentar la actividad del gen, se podría mejorar la capacidad del corazón para recuperarse después de un infarto y reducir el daño permanente. Esto podría significar una recuperación más rápida y una mejor calidad de vida para los pacientes que sufren un infarto.

Además, este descubrimiento también podría tener un impacto en la prevención de los infartos. Al identificar a las personas que tienen una menor actividad del gen PSAT1, se podría implementar un tratamiento preventivo para aumentar su actividad y reducir el riesgo de sufrir un infarto en el futuro.

Aunque aún se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos y desarrollar un tratamiento basado en el gen PSAT1, este descubrimiento es un gran avance en la lucha contra los infartos. Los investigadores están entusiasmados con las posibilidades que este gen podría ofrecer y esperan que en un futuro cercano se pueda implementar en la práctica clínica.

En resumen, el gen PSAT1 podría ser la clave para una nueva forma de tratar los infartos. Este descubrimiento podría cambiar por completo la forma en que se aborda esta enfermedad y ofrecer una esperanza renovada a millones de personas en

más populares