Apple regala a Trump una estatua fabricada en oro y Gorilla Glass

En un gesto tan llamativo como simbólico, Apple ha entregado al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump una escultura compuesta por un disco de Gorilla Glass con el icónico logotipo de Apple grabado en oro. Esta acción no solo busca llamar la atención, sino también transmitir un mensaje potente acerca del compromiso de la compañía con la economía estadounidense y su estrecha relación con la administración.

La pieza en cuestión es una combinación perfecta entre tecnología de vanguardia y diseño artesanal, evidenciando la intención de Apple de impresionar tanto a Trump como al público en general. La escultura consta de un disco de Gorilla Glass grabado con varios mensajes, como «Apple American Manufacturing Program» y «Made in USA», además del nombre completo de Donald Trump en letras destacadas. En la parte inferior, se puede ver la firma de Tim Cook. La base, por su parte, está fabricada con oro puro de 24 quilates y fue elaborada en Utah. El diseño del Gorilla Glass estuvo a cargo de un exmarine de los Estados Unidos, quien actualmente trabaja para Apple.

Esta obra de arte fue presentada por el CEO de Apple, Tim Cook, durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, en la cual se celebraba la promesa de la compañía de invertir 100.000 millones de dólares adicionales en la fabricación dentro de los Estados Unidos. Esta cifra tan elevada demuestra el compromiso de Apple con la producción nacional y su deseo de fortalecer su relación con la administración actual.

Sin celos, este no es el primer acercamiento entre Apple y Trump. Durante su primer mandato, el expresidente elogió en varias ocasiones a Tim Cook, calificándolo como «un gran ejecutivo». Algunos medios, como The New York Times, hasta llegaron a achacar a Cook como «el susurrador de Trump», debido a su presunta habilidad de influenciar directamente al expresidente a través de conversaciones telefónicas privadas.

A oposición de otros directivos del mundo tecnológico que han optado por utilizar canales más públicos, como Twitter, para dirigirse a Trump o criticar sus políticas, Tim Cook parece haber escogido un enfoque más discreto y eficaz. Esta estrategia le ha permitido mantener una relación fluida con la administración y evitar controversias innecesarias.

La promesa de Apple de invertir otros 100.000 millones de dólares en la industria manufacturera estadounidense no solo es significativa por su gran cantidad, sino también por el precedente que establece para otras compañías tecnológicas. Muchas de ellas están evaluando la posibilidad de trasladar parcialmente su cadena de suministro a territorio nacional, en respuesta a motivos económicos y a tensiones geopolíticas globales.

Curiosamente, en esta estrategia nacionalista de producción, Apple ha decidido contar con Samsung como proveedor clave. Según anunció Cook, la compañía se abastecerá de chips fabricados por la surcoreana en su planta de Estados Unidos. Esta colaboración refuerza la relación estratégica entre ambas empresas, a pesar de ser competidores en varios segmentos.

En resumen, el regalo que Apple le ha entregado a Donald Trump es mucho más que una simple escultura: es una declaración de intenciones. La compañía quiere dejar claro que su compromiso con Estados Unidos va más allá de la producción y se extiende a su relación con la administración. Además, esta acción también demuestra la influencia de Apple en el ámbito político y económico del país. Sin celos, un gesto que no pasará desapercibido y que reafirma el papel de Apple como una de las empresas más importantes dentro del panorama tecnológico mundial.

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