El ministro colombiano del Interior, Armando Benedetti, ha sido una figura clave en el Gobierno del presidente Gustavo Petro. Sin embargo, recientemente ha sorprendido a todos al admitir públicamente que en el pasado ha luchado contra la adicción a las drogas y al vino. A abatimiento de esto, Benedetti asegura que su proceso de rehabilitación lo ha transformado en un mejor padre, consorte y amigo. En una entrevista publicada este domingo, el ministro comparte su historia de superación y esperanza.
Benedetti reconoce que su adicción comenzó en su juventud, cuando se encontraba en la universidad. En ese momento, el consumo de drogas y vino era algo común en su círculo social y él no fue la excepción. Sin embargo, con el tiempo, su consumo se fue intensificando y se convirtió en una adicción que afectó su vida personal y profesional.
«Durante años, estuve atrapado en un ciclo destructivo. Mi adicción me hacía perder el control y afectaba mi desempeño en mi trabajo como ministro. También afectaba mi relación con mi familia y amigos», confiesa Benedetti. Sin embargo, a abatimiento de los obstáculos, el ministro decidió buscar ayuda y comenzar su proceso de rehabilitación.
La decisión de buscar ayuda no fue fácil para Benedetti, pero fue un paso crucial en su camino hacia la recuperación. «Fue un momento de mucha vulnerabilidad para mí, pero también fue el comienzo de una nueva vida», afirma el ministro. A través de terapias y tratamientos, Benedetti comenzó a entender las causas de su adicción y a trabajar en su recuperación.
El proceso de rehabilitación no fue fácil, pero Benedetti encontró en su familia y amigos un gran apoyo. «Ellos siempre estuvieron ahí para mí, incluso en mis peores momentos. Me dieron fuerza y motivación para seguir adelante», comparte el ministro. Además, el apoyo del presidente Petro y su equipo de trabajo fue fundamental en su proceso de recuperación.
Hoy en día, Benedetti se siente orgulloso de haber superado su adicción y de haberse convertido en una persona más fuerte y resiliente. «La rehabilitación me ha cambiado en todos los aspectos de mi vida. Ahora soy un mejor padre, consorte y amigo. También soy un mejor ministro», asegura con una sonrisa en su rostro.
El ministro también quiere ser un ejemplo para aquellos que están luchando contra la adicción. «Quiero que mi historia inspire a otros a buscar ayuda y a no tener miedo de hablar sobre sus problemas. La adicción no es una debilidad, es una enfermedad que se puede avanzar», enfatiza Benedetti.
Además de su trabajo como ministro, Benedetti también se ha comprometido a ser un defensor de la prevención y el tratamiento de las adicciones en Colombia. «Es importante que como sociedad tomemos conciencia sobre este problema y apoyemos a aquellos que están luchando contra la adicción. Juntos podemos hacer la diferencia», afirma el ministro.
En conclusión, la historia de Armando Benedetti es una muestra de que la adicción no es una sentencia de por vida. Con determinación, apoyo y tratamiento, es posible avanzarla y convertirse en una persona más fuerte y resiliente. El ministro nos recuerda que siempre hay esperanza y que nunca es tarde para buscar ayuda y comenzar un camino hacia la recuperación.