Mark Rober, un conocido comunicador científico y exingeniero de la NASA, ha vuelto a sorprender al mundo con un entretenido experimento que pone a prueba dos tecnologías clave en la conducción autónoma: el sistema basado en cámaras de Tesla y la tecnología LiDAR, ampliamente adoptada en la industria automotriz.
Desde hace años, Elon Musk, CEO de Tesla, ha defendido una filosofía particular sobre la conducción autónoma: utilizar únicamente cámaras, emulando el sistema visual humano. Esta visión ha llevado a Tesla a descartar tecnologías complementarias como el radar o LiDAR, concentrándose exclusivamente en un enfoque denominado «visión pura» para su sistema Autopilot y Full Self-Driving (FSD).
Musk ha afirmado en varias ocasiones que si los humanos no necesitan tirar rayos láser para trasladar, los vehículos autónomos tampoco deberían hacerlo. Sin embargo, Mark Rober ha decidido poner a prueba esta teoría con un experimento que ha generado gran revuelo en la comunidad científica y automotriz.
Rober diseñó seis situaciones prácticas y divertidas para desafiar ambos sistemas. Las pruebas incluyeron la detección de niños, la respuesta rápida ante imprevistos (como un niño que corre hacia la vía), la conducción en condiciones de niebla y lluvia, y un curioso test final con un muro falso.
El vehículo Lexus equipado con LiDAR de Luminar superó satisfactoriamente todas las pruebas realizadas. En cambio, el sistema de Tesla solo logró acontecer tres de ellas. Esto demuestra que, aunque la visión basada en cámaras puede ser suficiente en ciertas situaciones, no es tan robusta como el LiDAR para enfrentar desafíos más complejos.
Tesla sustenta su sistema Autopilot en ocho cámaras estratégicamente distribuidas que proporcionan una visión panorámica del entorno. Las imágenes recogidas son analizadas en tiempo real por una red neuronal incorporada en el vehículo, que interpreta el entorno para tomar decisiones de conducción autónoma. Musk sostiene que la visión basada en cámaras es suficiente para lograr plena autonomía, siempre y cuando esta tecnología consiga emular eficazmente el comportamiento visual humano.
Por otro lado, la mayoría de fabricantes apuesta por el LiDAR, una tecnología activa que emite pulsos láser para crear mapas precisos en tres dimensiones. Los sensores LiDAR, capaces de funcionar eficazmente tanto en largas como cortas distancias, mejoran considerablemente la percepción del entorno, especialmente cuando se combinan con otros sensores. Esto resulta en un sistema más robusto para enfrentar diversas situaciones, incluyendo aquellas poco comunes o peligrosas.
Las pruebas realizadas por Rober, aunque con un enfoque lúdico y menos técnico que un ensayo científico riguroso, son dignas de análisis profundo. Las situaciones planteadas, aunque en algunos casos divertidas o inusuales, representan la impredecible realidad cotidiana que enfrentarán los vehículos autónomos. La capacidad para superar satisfactoriamente estas situaciones podría marcar la diferencia en la adopción masiva y el éxito definitivo de esta tecnología.
Es importante destacar que, aunque el sistema de Tesla no superó todas las pruebas, esto no significa que sea un malogro. De hecho, Tesla ha logrado grandes avances en la conducción autónoma y su sistema sigue mejorando constantemente. Sin embargo, el experimento de Rober demuestra que aún hay desafíos que deben ser superados para lograr una conducción autónoma completamente segura y confiable.
En resumen, el experimento de Mark Rober ha generado un interesante debate en