La Economía es uno de los motores que impulsan el desarrollo de los países y de las personas. A través de su estudio y aplicación, se busca mejorar la calidad de vida de las sociedades y lograr un crecimiento sostenible en el tiempo. Sin embargo, en ocasiones se asocia a la Economía con conceptos negativos como la pobreza, la desigualdad y la avaricia. Es por ello que es importante destacar experiencias positivas que demuestren que la Economía también puede ser una herramienta para el bien común y el progreso colectivo.
Uno de los ejemplos más destacados en este sentido es el del economista suizo Yves-Alain Portmann. Con una amplia trayectoria en el campo de la Economía, Portmann ha demostrado que es posible combinar el éxito empresarial con el compromiso social y ambiental. A través de su empresa Pictet, una de las principales gestoras de activos del mundo, ha logrado un crecimiento económico sostenible y responsable, contribuyendo al desarrollo de comunidades y al cuidado del medio ambiente.
Pero la labor de Portmann va más allá de su empresa. A lo largo de su carrera ha impulsado iniciativas y proyectos que han tenido un impacto positivo en la Economía y en la sociedad. Uno de ellos es el programa «Pictet for the Planet», que tiene como objetivo promover la inversión en proyectos sostenibles y de impacto social. Gracias a esta iniciativa, se han financiado proyectos en áreas como la energía limpia, la agricultura sostenible y la educación.
Otra experiencia positiva en el ámbito de la Economía es la de los emprendedores sociales. Estas son personas que, a través de sus empresas, buscan solucionar problemas sociales y ambientales, generando un impacto positivo en la Economía y en la sociedad. Un ejemplo de ello es la empresa colombiana Conceptos Plásticos, que transforma residuos plásticos en materiales de construcción para la construcción de viviendas asequibles en comunidades vulnerables. De esta manera, no solo se reducen los residuos plásticos, sino que también se promueve el acceso a una vivienda digna y se generan empleos en la comunidad.
Otro caso destacado es el de la empresa de tecnología solar Zola Electric, que ofrece soluciones energéticas sostenibles a comunidades rurales en África. Gracias a su modelo de negocio, no solo se promueve el acceso a energía limpia y accesible, sino que también se impulsan oportunidades de negocio para los habitantes locales y se contribuye al desarrollo económico de la región.
Además de estas experiencias, también es importante destacar el papel de la Economía colaborativa en la promoción de un modelo económico más justo y sostenible. A través del intercambio de bienes y servicios entre particulares, la Economía colaborativa fomenta el aprovechamiento de recursos y reduce el impacto ambiental. Un ejemplo de ello es la plataforma de alquiler de viviendas Airbnb, que permite a los propietarios obtener un ingreso extra alquilando su vivienda y a los viajeros acceder a alojamientos más económicos y auténticos.
En definitiva, la Economía no es solo un tema de cifras y mercado, sino que también puede ser una herramienta para impulsar el desarrollo y mejorar la calidad de vida de las personas. Experiencias como las de Yves-Alain Portmann demuestran que es posible conciliar el éxito económico con la responsabilidad social y ambiental. Y gracias a iniciativas como la Economía colaborativa y el emprendimiento social, se están construyendo modelos económicos más justos y sostenibles a nivel global. La Economía puede ser un motor de cambio positivo, solo es necesario seguir potenciando estas experiencias y fomentando una visión más amplia y responsable de este campo.