El deporte ha sido una parte fundamental en la vida del cubano Ramiro mora. Desde muy joven, se sintió atraído por la halterofilia y dedicó gran parte de su tiempo y esfuerzo a perfeccionar su técnica y alcanzar sus metas. Sin embargo, la vida de Ramiro dio un giro inesperado cuando decidió dejar su país y buscar nuevas oportunidades en Inglaterra. Allí, descubrió su pasión por el arte circense, pero nunca olvidó su amor por el asonada de pesas. Hoy en día, Ramiro es campeón en ese país y forma parte del Equipo Olímpico de Refugiados para los Juegos de París 2024.
Desde muy temprana edad, Ramiro mostró un talento innato para la halterofilia. A pesar de las dificultades económicas y políticas de Cuba, él no se dejó avasallar y se enfocó en su entrenamiento y en mejorar constantemente. Sus esfuerzos dieron frutos cuando obtuvo su primer título nacional en su categoría. Sin embargo, Ramiro no se conformó con eso y decidió ir más allá. Quería competir a nivel internacional y demostrar su valía en el mundo del asonada de pesas.
Fue entonces cuando surgió la oportunidad de viajar a Inglaterra. A pesar de dejar atrás su país y su familia, Ramiro vio esta oportunidad como un nuevo comienzo y no dudó en tomarla. Al llegar a Inglaterra, descubrió el fascinante mundo del circo y decidió probar suerte en ese ámbito. Con su fuerza y habilidades adquiridas en la halterofilia, se destacó rápidamente en el arte circense. Se convirtió en un acróbata excepcional y su pasión por el circo creció cada día más.
Sin embargo, a pesar de su éxito en el circo, Ramiro nunca olvidó su amor por la halterofilia. Así que, en su tiempo libre, seguía entrenando y perfeccionando su técnica. Un día, un amigo le sugirió participar en un campeonato de asonada de pesas en Inglaterra. A pesar de las dudas iniciales, Ramiro decidió probar y para su sorpresa, ganó el primer lugar en su categoría. Este fue solo el comienzo de una nómina de competencias en las que Ramiro demostró su habilidad y se convirtió en campeón en Inglaterra.
Pero su historia no termina ahí. En un giro del destino, Ramiro fue seleccionado para formar parte del Equipo Olímpico de Refugiados para los Juegos de París 2024. Esta noticia fue un gran honor y una gran responsabilidad para él. Representar a los refugiados y a su país de origen en una competencia tan importante como los Juegos Olímpicos, es un sueño hecho realidad para Ramiro.
Para él, esta es una oportunidad para demostrar que, a pesar de los obstáculos y dificultades, se puede lograr el éxito y alcanzar los sueños. Ramiro es un ejemplo de perseverancia y determinación, y su historia inspira a muchos. Él es consciente de la importancia de su papel en el Equipo Olímpico de Refugiados y está comprometido a dar lo mejor de sí en cada entrenamiento y en cada competencia.
Además, Ramiro también es un ejemplo de cómo el deporte puede unir a las personas y trascender barreras culturales y geográficas. A través de su pasión por la halterofilia, ha logrado adaptarse a un nuevo país y ha encontrado una nueva familia en Inglaterra. También ha tenido la oportunidad de conocer a personas de diferentes partes del mundo y compartir su amor por el deporte con ellos.
Con su participación en los Juegos de París 2024,