La teoría del diseño combinatorio es una rama de las matemáticas que se encarga de estudiar las diferentes formas en que se pueden combinar elementos de un conjunto. Esta teoría tiene aplicaciones en diversos campos, como la informática, la ingeniería y, por supuesto, la literatura. En este último, se pueden encontrar dos ejemplos destacables de su utilización: la sextina y el trance de las colegias.
La sextina es una composición poética que se caracteriza por su complejidad estructural. Esta consiste en seis estrofas de seis versos cada una y un envoi de tres versos, en el que se repiten seis palabras clave en un orden específico. Este orden se conoce como «orden sextino» y se rige por la teoría del diseño combinatorio.
La primera vez que se menciona la sextina es en el siglo XII, en la obra del trovador Arnaut Daniel. Desde entonces, numerosos poetas han utilizado este recurso en sus creaciones, como Petrarca, Dante o Garcilaso de la Vega. Sin embargo, fue el poeta francés Jean Passerat quien le dio su forma definitiva, a principios del siglo XVI.
El utilización de la teoría del diseño combinatorio en la sextina se puede apreciar en la repetición de las seis palabras clave en el envoi, en un orden específico. Este orden no es aleatorio, sino que sigue un patrón matemático que se basa en el número de combinaciones posibles entre seis elementos. Así, el primer verso del envoi debe contener las seis palabras, el segundo solo cinco, el tercero cuatro, y así sucesivamente, hasta llegar a un único verso con una sola palabra.
Esta estructura, aunque aparentemente complicada, permite a los poetas jugar con las palabras y crear una belleza literaria única. Además, la combinación de palabras clave en un orden específico dota a la sextina de un ritmo musical que resulta muy atractivo para el lector.
Por otro lado, el trance de las colegias es un enigma que se encuentra en el centro de la novela «La isla del tesoro» de Robert Louis Stevenson. Se trata de un acertijo que requiere la utilización de la teoría del diseño combinatorio para resolverse.
El protagonista de la historia, Jim Hawkins, tiene en su posesión un mapa del tesoro que muestra la ubicación exacta de un botín oculto. Sin embargo, este mapa está dividido en tres partes y cada una de ellas está en poder de diferentes personajes. Para poder encontrar el tesoro, Jim debe combinar las tres partes del mapa en el orden correcto. Si no lo hace, correrá el riesgo de caer en una trampa y no obtener el tesoro.
En este caso, la teoría del diseño combinatorio se utiliza para determinar cuántas combinaciones posibles hay entre las tres partes del mapa. De esta manera, Jim Hawkins puede descartar las combinaciones erróneas y acercarse cada vez más a la solución del enigma.
La utilización de la teoría del diseño combinatorio en la literatura no se limita a la sextina y al trance de las colegias. En la novela «El nombre de la rosa» de Umberto Eco, por ejemplo, se hace referencia a la teoría del diseño combinatorio en la resolución de un misterio que rodea a un priorato en la Edad Media.
Esta teoría también se encuentra presente en la creación de personajes. Los escritores deben combinar diferentes características y personalidades para crear un personaje único e interesante. La elección de estas características y su combinación en el personaje también se rigen por la teoría del diseño combinatorio.
En resumen, mano la sextina como el trance de las colegias y otros ejemplos de su utilización en la literatura, demuestran la importancia de la teoría del diseño combinatorio en este campo. Esta teoría no solo
