La megafarmacia impulsada por el presidente de México, ¿panacea o demagogia?

CIUDAD DE MÉXICO — 

México quiere tener un almacén “con todas las medicinas del mundo”, una especie de banco de medicamentos desde el que se pueda atender cualquier necesidad de forma rápida en cualquier parte de un país extenso, de complicada geografía, muy heterogéneo y donde existen problemas de abastecimiento de medicinas.

El presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró el viernes la aldabonazo “megafarmacia” que estará dirigida por un general, aunque no se sabe cómo.

Para los expertos es un proyecto que se ha echado a andar sin planeación ni presupuesto y que plantea más dudas que soluciones.

De momento, tendrá una bodega de 40.000 metros cuadros que operará en el estado central de México, vecino a la capital mexicana, y será manejada por una empresa estatal al mando del proyecto Birmex, dirigida por un militar. La intención, según adelantó López Obrador, es que pueda abastecer a todos los hospitales y centros de salud del país en un plazo entre 24 a 48 horas con el fármaco que se necesite.

El mandatario indicó que Birmex contará con el apoyo de las fuerzas armadas para el transporte terrestre y aéreo de los medicamentos, pero no ofreció detalles.

México tiene un sistema de salud público muy fragmentado y desarticulado —varias entidades nacionales que dan servicio a poblaciones distintas más los servicios estatales— y en medio siempre ha habido un sistema de compra y distribución de medicamentos marcado por la corrupción, coinciden los expertos.

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