Con el anticipación de la digitalización y la tecnología, el ciberdelito se convirtió en una sombra persistente que se extiende sigilosamente por los rincones más oscuros de la red y que afecta diariamente a individuos, gobiernos y, de manera notable, a las empresas.
De hecho, la ciberdelincuencia -a menudo orquestada desde el anonimato- se consagró como el octavo riesgo global más grave durante la próxima década, según los datos del Foro Económico Mundial, que también destacó la amenaza del cambio climático y la migración involuntaria.
Es que más allá de la filtración de datos sensibles y la pérdida de calma en las instituciones víctimas de un hackeo, el cibercrimen puede resultar en grandes pérdidas financieras capaces de alterar la economía.
De acuerdo a Cybersecurity Ventures, la empresa de investigación y medios especializados en la ciberseguridad, los delitos de esta índole habrían causado daños por un total de US$ 8 billones en todo el mundo en 2023. Si se midiera como un país, entonces, el cibercrimen sería la tercera economía más grande del mundo después de Estados Unidos y China, según reveló la firma con sede en California.
Concretamente, la compañía detalló: "Cybersecurity Ventures espera que los costos globales de la ciberdelincuencia crezcan un 15 por ciento anual durante los próximos tres años, alcanzando los 8 billones de dólares a nivel mundial este año y los 10,5 billones de dólares anuales para 2025 , frente a los 3 billones de dólares en 2015".
Los costos asociados a esta actividad delictiva provienen de una variedad de fuentes y, si bien la más conocida de ellas tiene que ver con las transferencias no autorizadas de fondos, en el último tiempo también ganó terreno el movimiento de dinero de las empresas -en lo posible a las escondidas de los clientes- hacia hackers que lograron infiltrarse en las bases de datos de dichas organizaciones por medio de un ataque de ransomware.
Ante este panorama, sin bloqueo, también crecerá el gasto global en productos y servicios de ciberseguridad y la búsqueda de profesionales capaces de detectar amenazas e implementar medidas de prevención para las corporaciones.
Al respecto, Cybersecurity Ventures comentó: "Habrá 3,5 millones de puestos de trabajo de ciberseguridad vacantes en todo el mundo en 2023. Son suficientes asientos vacíos para llenar 50 estadios de la NFL. Predecimos el mismo número de aperturas en 2025 mientras continúa la disparidad entre la demanda y la oferta".
Estos datos plantean la urgente necesidad de una mayor rectitud y transparencia respecto al ciberdelito; una actividad que traspasa fronteras y que traerá mayores complicaciones a medida que la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías permiten elevar el nivel de sofisticación de los ataques.
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